Capítutlo 1
[...] Casta Diva...[...] Suena en mi cuarto, ella, la Divina María Callas. Su exhalación vocálica me transporta a la trama de Norma, durante su primer acto. Me imagino el Teatro alla Scala de Milán, en 1960, durante la grabación de esta sublime pieza. Seguramente, un placer para los sentidos (...) Mientras, yo deseo abrazarme a cada tecla, sólo para intentar expresar lo que fluye, lo que atraviesa mi ser, lo que domina mi corazón y toda mi esencia...Siento como su voz es lo que más se aproxima a mi profunda emoción, lo que permite un cierto desahogo de mi interior...lo único que me consuela, en parte.
Lo conocí un viernes, a las cuatro de la tarde, cuando pasaban unos minutos. Últimamente yo empezaba a creer que ya no había ningún hombre capaz de despertar algo tan simple, y tan maravilloso, ese impulso íntimo que los seres humanos experimentamos tras un estímulo adecuado y oportuno, en el momento justo y en el lugar preciso: la atracción. Pero me había equivocado, nuevamente. Y Javier me esperaba en la cafetería. Nos habíamos citado a las cuatro, después de comunicarnos durante las últimas horas por mensajes a través de nuestros móviles...La evolución técnica había cambiado desde hacía unos años los contactos entre los humanos y, lógicamente, también entre los gays. Como solía sucederme, al no vivir dentro de la urbe, mis horarios eran difíciles de organizar para hacer planes. Pero al final nos pusimos de acuerdo para nuestra cita, aquel primer encuentro.
Lo conocí un viernes, a las cuatro de la tarde, cuando pasaban unos minutos. Últimamente yo empezaba a creer que ya no había ningún hombre capaz de despertar algo tan simple, y tan maravilloso, ese impulso íntimo que los seres humanos experimentamos tras un estímulo adecuado y oportuno, en el momento justo y en el lugar preciso: la atracción. Pero me había equivocado, nuevamente. Y Javier me esperaba en la cafetería. Nos habíamos citado a las cuatro, después de comunicarnos durante las últimas horas por mensajes a través de nuestros móviles...La evolución técnica había cambiado desde hacía unos años los contactos entre los humanos y, lógicamente, también entre los gays. Como solía sucederme, al no vivir dentro de la urbe, mis horarios eran difíciles de organizar para hacer planes. Pero al final nos pusimos de acuerdo para nuestra cita, aquel primer encuentro.
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Cesare -
aldiario -